Huelga de hambre en repudio del uso indiscriminado de productos agroquímicos contaminantes en el monocultivo de soja
El martes 9 de noviembre Claudio Lowy, ingeniero (Master en Desarrollo Humano Sostenible-Cátedra UNESCO- Universidad de Girona; Doctorando en ciencias Sociales-UBA), comenzó una huelga de hambre con presencia en la Defensoría del Pueblo de la Nación, como reclamo al pedido de cambio en la metodología en la clasificación de los agroquímicos. Esto es, que se considere la totalidad de los daños que generan estos productos tóxicos y que quienes los clasifiquen sean investigadores, empresas o laboratorios independientes, desligados de la elaboración o comercialización del producto. El ingeniero aguarda respuestas desde hace más de un año, cuando hizo la presentación oficial, y desde hace días, en una sillita plegable sobre la mesa de entradas de la Defensoría. En un comunicado que resume las peticiones e informa sobre la huelga, dice: “La noticia no es la huelga de hambre. La noticia son los millones de personas afectadas por las fumigaciones; y la falta de respuesta del Defensor del Pueblo de la Nación al requerimiento que podría brindarles protección y seguridad.”
En un Informe realizado por la Universidad Nacional del Litoral el 10 de septiembre pasado -respondiendo a la Demanda de la justicia de Santa Fe-, se reconocen algunos de los daños originados por el uso de los formulados del glifosato y algunas de las prevenciones y estudios que habría que hacerse y tener en cuenta -y que no se hacen- para limitar los daños de los agroquímicos a la salud y al ambiente. Asimismo, el gobernador del Chaco creó en diciembre del 2009 la Comisión de Investigación de Contaminantes del Agua del Chaco, que entregó en junio/2010 el denominado “Primer Informe” a la Casa de Gobierno provincial y en el Ministerio de Salud local. El mismo señala que los casos de cáncer en niños se triplicaron y las malformaciones en recién nacidos aumentaron 400 por ciento en la última década. Los casos de cáncer están focalizados en la localidad de La Leonesa , cercana a Resistencia y epicentro de las denuncias por el uso de herbicidas y plaguicidas.
La situación es grave dado que es en este período del año, en noviembre, cuando se inicia la siembra de la soja en las 20 millones de hectáreas, con la aplicación, en números redondos, de 200 millones de litros de formulados del glifosato, el principal pesticida utilizado en la agricultura de monocultivo con agroquímicos en nuestro país, que afectará la salud y la calidad de vida de unas 12 millones de personas que tienen sus viviendas a distancias cercanas a los campos donde los pesticidas son rociados por aire con aviones y por tierra con los denominados mosquitos.
Aquí más información.
En un Informe realizado por la Universidad Nacional del Litoral el 10 de septiembre pasado -respondiendo a la Demanda de la justicia de Santa Fe-, se reconocen algunos de los daños originados por el uso de los formulados del glifosato y algunas de las prevenciones y estudios que habría que hacerse y tener en cuenta -y que no se hacen- para limitar los daños de los agroquímicos a la salud y al ambiente. Asimismo, el gobernador del Chaco creó en diciembre del 2009 la Comisión de Investigación de Contaminantes del Agua del Chaco, que entregó en junio/2010 el denominado “Primer Informe” a la Casa de Gobierno provincial y en el Ministerio de Salud local. El mismo señala que los casos de cáncer en niños se triplicaron y las malformaciones en recién nacidos aumentaron 400 por ciento en la última década. Los casos de cáncer están focalizados en la localidad de La Leonesa , cercana a Resistencia y epicentro de las denuncias por el uso de herbicidas y plaguicidas.
La situación es grave dado que es en este período del año, en noviembre, cuando se inicia la siembra de la soja en las 20 millones de hectáreas, con la aplicación, en números redondos, de 200 millones de litros de formulados del glifosato, el principal pesticida utilizado en la agricultura de monocultivo con agroquímicos en nuestro país, que afectará la salud y la calidad de vida de unas 12 millones de personas que tienen sus viviendas a distancias cercanas a los campos donde los pesticidas son rociados por aire con aviones y por tierra con los denominados mosquitos.
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