Horses VIII



Tú, no mi obsesión de conquistas, eres mi boda.
He dejado a mi alma y a sus parientes, tus demonios interiores,
la libertad de plegarse a tus deseos.

Toma mi caballo
y sacrifícalo
para que, cual guerrero tras la derrota, yo camine
sin sueños ni emociones...

Paz a la fatiga que deseas,
al príncipe cautivo, al oro necesario para la celebración
del verano por tus seguidores. Mil paces para ti,
entera y plena con tus pretendientes, humanos o genios.

Paz a lo que has hecho de ti para
ti: la horquilla de tu pelo rompe
mi espada y mi escudo,
y el botón de tu camisa porta, en su luz,
la contraseña para toda clase de pájaros.

Toma mi aliento como si tomaras una guitarra que acceda
a tus deseos de viento. Toda mi Andalucía
está en tus manos. No descuides ninguna cuerda
para defender el alma en mi Andalucía.

Yo sabré, en otra época,
sabré que he logrado la victoria con mi desesperación,
que he encontrado mi vida, allí,
fuera de ella, junto a mi pasado.

Toma mi caballo
y sacrifícalo, para que yo porte mi ser,
vivo o muerto...

MAHMUD DARWISH
Traducción del árabe: María Luisa Prieto

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