Despedida a Luis Benedit
Fue arquitecto y artista plástico. Su obra se caracterizó, sobre todo, por ser inquieta, por cuestionar, por refundar. Luis Fernando Benedit nació en Buenos Aires, en 1937 y estudió arquitectura en la Universidad de Buenos Aires. Se graduó en 1963. En 1967 viajó becado a Roma para estudiar paisajismo. Al año siguiente, comenzó a trabajar entorno a la relación arte-ciencia. Su obra interrogó esa problemática durante largo tiempo. En esa época creó Biotrón (basada en el estudio del comportamiento de las abejas) y con ella participó del Festival de Venecia. Con ella interrogó demasiado al objeto artístico. “Desde la ciencia te miraban como un amateur, como un aficionado, y desde el punto de vista de la crítica y los artistas, mi obra estaba muy por fuera del campo del arte. No estaba muy bien en ningún lado”, contó en alguna entrevista.
Fue el primer artista argentino en participar de una exposición individual en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Lo hizo en 1972. En 1979 ganó el concurso para la construcción del Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires junto a junto a Jacques Bedel y Clorindo Testa. Participó de varias Bienales internacionales y muestras individuales. En los últimos años creó piezas a partir de huesos de vacas y caballos.
Para él, las líneas estéticas eran oportunidades, no jaulas contenedoras. De esta manera, su obra se caracterizó por la variedad de soportes. Así lo decía en una entrevista hace un par de años: “Si bien tuve muchos ciclos, creo que hay una línea común en el fondo de todos. Nunca me he quedado en un soporte. Es decir, cuando aparece una imagen obsesiva y reiterativa, ahí elijo el soporte. A veces es una obra única y otras veces he empezado a agregar, porque con una sola no lograba conjurar la cantidad de información que quería brindar”.
Ayer, a los 73 años, murió uno de los protagonistas de la historia del arte argentino.
Fue el primer artista argentino en participar de una exposición individual en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Lo hizo en 1972. En 1979 ganó el concurso para la construcción del Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires junto a junto a Jacques Bedel y Clorindo Testa. Participó de varias Bienales internacionales y muestras individuales. En los últimos años creó piezas a partir de huesos de vacas y caballos.
Para él, las líneas estéticas eran oportunidades, no jaulas contenedoras. De esta manera, su obra se caracterizó por la variedad de soportes. Así lo decía en una entrevista hace un par de años: “Si bien tuve muchos ciclos, creo que hay una línea común en el fondo de todos. Nunca me he quedado en un soporte. Es decir, cuando aparece una imagen obsesiva y reiterativa, ahí elijo el soporte. A veces es una obra única y otras veces he empezado a agregar, porque con una sola no lograba conjurar la cantidad de información que quería brindar”.
Ayer, a los 73 años, murió uno de los protagonistas de la historia del arte argentino.
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