"La niña de los pies pequeños", Jimena Néspolo - Marta Vicente
Parecen palomas amortajadas, medialunas de mazapán amargo. En la China Medieval los hombres ricos beben el vino del tedio en vasos con forma de zapatito minúsculo. Se sabe: Ser hermosa es tener pies de nube, pequeños lotos de oro…
A los cuatro años, en una ceremonia que para la familia Lin Po fue feliz, los pies de Madai fueron fieramente vendados. Su padre le dijo: –Ahora deberás aprender a caminar con pies de amapola herida, con pies de cabeza de alfiler. Ahora deberás urdir con dolor y silencio tu corona de lis más preciada.
Desde entonces han pasado algunos inviernos. Las pocas personas que han visto a la niña aseguran que su boca es un pequeño narciso carmesí, que verla andar con pasitos de colibrí suspendido del aire es un espectáculo realmente delicioso.
Su padre augura: –Madai será la mujer más bella de toda la comarca.
Si no fuera por sus sueños, ella incluso olvidaría que alguna vez corrió por los jardines.
(Publicado en: Niñas, Jimena Néspolo - Marta Vicente, Editorial Adriana Hidalgo, 2010)
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