Horses XIII

El problema de la España meridional es casi completamente agrario. Desde el Tajo al Mediterráneo se extiende una región montañosa donde llueve poco, entrecortada por series de amplios valles que, a base de riego, producen en gran cantidad arroz, naranjas y en los terrenos más elevados, trigo. En las colinas secas crecen viñas, olivos y almendros. Un país semejante en conjunto a la California merional. En tiempos de los moros esta región era la más civilizada de Europa y las más rica. Cuando los cristianos nobles del norte la reconquistaron, los eclesiásticos se apoderaron de las villas y con la Inquisición extinguieron la industria, mientras la tierra era distribuida en latifundios a los esbirros de la corte de los Reyes Católicos. Los labradores quedaron convertidos en siervos, y el sistema de trabajar la tierra en común fue desapareciendo poco a poco. Hoy en día la provincia de Jaén, tan grande como el estado de Rhode Island, en realidad pertenece a seis familias. Este proceso fue favorecido por el hecho de que durante los siglos XVI y XVII los brazos más fuertes de toda España se lanzaron a través de los mares para explorar y saquear América o entraron en la Iglesia, de modo que el cultivo de las tierras fue abandonado a los más humildes y menos vigorosos. En lo sucesivo, la emigración a América continuó siendo la válvula de seguridad del orden social. Hace relativamente poco tiempo que los trabajadores del campo se han dado cuenta de la posibilidad de cambiar su suerte...


John Dos Passos, Rocinante to the Road Again, 1922. Traducción de Marcia Aguirre.

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