"Las brujas siempre presentes", por Osvaldo Bayer
Un tema que nunca va a poder ser ocultado definitivamente. Las quemas de brujas llevadas a cabo por los cristianos en nombre de Cristo. Aquí, en Alemania, ha vuelto a llenar páginas enteras de los órganos de difusión y es tema actual en universidades y centro culturales. También, por supuesto, en las iglesias católicas y protestantes. La periodista Erken puso esta problemática nuevamente en primera plana al levantar la figura del pastor evangélico y docente religioso Hartmut Hegeler, quien desde hace diez años lucha para que finalmente se haga una revisión y una autocrítica profunda de los métodos de la Iglesia Católica, y también de la Evangélica, con respecto a los miles de crímenes monstruosos que, en nombre del cristianismo, se cometieron contra mujeres y también hombres a los que se condenó a morir en la hoguera. Más de treinta mil seres humanos fueron quemados vivos en la Europa cristiana, entre los siglos XVI y XVII, acusados de practicar métodos brujos, en su gran mayoría mujeres.
En la ciudad alemana de Colonia se acaba de rehabilitar a Christina Boeffgens, la mujer que en 1631 fue llevada a la denominada Torre de las Brujas y torturada hasta su muerte por la denominada Policía contra el Brujerío. Los juicios nunca fueron revisados. La historia oficial siempre trató de callar el tema. Hoy mismo, ante la pregunta de por qué tanta ignominia, obispos católicos y protestantes responden con el fácil argumento de “eran cosas de época”. Argumento que en la Argentina se usa para responder ante el genocidio de los pueblos originarios. No, se trata de horribles crímenes cometidos por el ser humano.
Es así, las iglesias callan con respecto a las miles de mujeres quemadas vivas en los siglos XVI y XVII. No se ha hecho públicamente una autocrítica de tan horribles crímenes. Pero eso sí, hay lugares aquí, en esta zona alemana de Renania, como en Rheinbach, donde actualmente se hacen recorridos turísticos en los que se visitan las llamadas Torres de las Brujas. Allí eran ejecutadas esas mujeres. Más, en Rheinbach, la Torre de las Brujas es alquilada actualmente para la realización de fiestas familiares, cumpleaños y aniversarios empresariales. Es que en el sistema capitalista todo tiene que dar ganancias.
[Continúa aquí.]
En la ciudad alemana de Colonia se acaba de rehabilitar a Christina Boeffgens, la mujer que en 1631 fue llevada a la denominada Torre de las Brujas y torturada hasta su muerte por la denominada Policía contra el Brujerío. Los juicios nunca fueron revisados. La historia oficial siempre trató de callar el tema. Hoy mismo, ante la pregunta de por qué tanta ignominia, obispos católicos y protestantes responden con el fácil argumento de “eran cosas de época”. Argumento que en la Argentina se usa para responder ante el genocidio de los pueblos originarios. No, se trata de horribles crímenes cometidos por el ser humano.
Es así, las iglesias callan con respecto a las miles de mujeres quemadas vivas en los siglos XVI y XVII. No se ha hecho públicamente una autocrítica de tan horribles crímenes. Pero eso sí, hay lugares aquí, en esta zona alemana de Renania, como en Rheinbach, donde actualmente se hacen recorridos turísticos en los que se visitan las llamadas Torres de las Brujas. Allí eran ejecutadas esas mujeres. Más, en Rheinbach, la Torre de las Brujas es alquilada actualmente para la realización de fiestas familiares, cumpleaños y aniversarios empresariales. Es que en el sistema capitalista todo tiene que dar ganancias.
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