V

Lee: “Se necesita empleado”

El joven ofrece su vida incierta

al franquear trémulo la puerta

sencillamente vestido y afeitado.



En el cobertizo de noche hundía

sus sufrimientos de aprendiz pequeño,

niño aún para patrón o dueño

de la prisión que labra su fantasía.



Trabaja, de sol a sol deambula

entre enseres, humana arquitectura,

vende, esconde espanto, pulula…



El mercader se llena de bravura.

Tres monedas en bolsa de bambula

son la poca paga a su cordura.




Copyright: Jimena Néspolo - Marta Vicente - 2012.

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