LA CABEZA DEL MUERTO



copyright: Jimena Néspolo-Marta Vicente



XIII




Mientras vegetal crece aquel rincón,

sueños la aturden ahora de verdad,

enferma cae, sin gozo, sin piedad…

La muerte en su colmillo de pasión.



Como una invitación, esa fragancia

de floral exuberancia y ambrosías

envuelve la estola de sus días

con la promesa de otra errancia.



¡Hasta mi rosa envidiaba en su juego

ya esos pétalos de plata y nácar,

ya ese dulce imantar de acero!



Porque aquel verdor era de fuego,

olía a bosque de mundo, a mar,

a tempestuoso viento de enero.


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