"Seis días a puro jazz", por Diego Fischerman
“Me gusta pensar en mi música como en un juego de colores sobre un ritmo”, dice el trompetista Tom Harrell. “Es como invitar a los oyentes a una galería donde se exhiben cuadros de varios pintores. Expresamos nuestros sentimientos a través de timbres y colores, desde adentro de nuestro mundo de sensaciones, y por lo tanto ellos trascienden a sí mismos y entran en una dimensión espiritual.” Integrante durante años de la banda de Woody Herman y, más tarde, del legendario quinteto del saxofonista Phil Woods en los ’70, además de haber formado parte de los grupos de los pianistas Horace Silver y Bill Evans, Harrell posee una característica relevante que está más allá de la biografía: sus solos son de una perfección milagrosa.
Dueño de un sonido y un fraseo exquisitos, este músico, al que, incidentalmete, aqueja una forma de esquizofrenia, y para quien la vida cotidiana es sumamente difícil, da la sensación de que toca mientras piensa lo que sonará dos compases más adelante. Es, sin duda, uno de los grandes instrumentistas del jazz de las últimas décadas y discos como Upswing (Chesky, 1983), Labyrinth (RCA, 1996), Paradise (RCA, 2001) o el reciente Number Five (High Note, 2012) alcanzan para probarlo. En este último álbum toca con un grupo de ajuste e inspiración notables: Wayne Escoffery en saxo, Ugonna Okegwuo en contrabajo, Danny Grisett en piano y Jonathan Blake en batería.
Con el mismo equipo (salvo en la batería, donde estará el excelente Adam Cruz), Tom Harrell abrirá hoy la edición 2012 del Festival de Jazz de Buenos Aires. A las 20.30 y en la Usina del Arte (Pedro de Mendoza y Caffarena), Harrell dará el puntapié incial de este ciclo que se extenderá hasta el próximo 26 y que nucleará, además de a varias visitas de primer nivel, a lo más destacado del medio local. Programado por el músico Adrián Iaies, este festival ha logrado un perfil en el que se destacan los proyectos de largo alcance, el énfasis dado a lo pedagógico y el intercambio entre los músicos argentinos y extranjeros.
[Continúa acá.]
Dueño de un sonido y un fraseo exquisitos, este músico, al que, incidentalmete, aqueja una forma de esquizofrenia, y para quien la vida cotidiana es sumamente difícil, da la sensación de que toca mientras piensa lo que sonará dos compases más adelante. Es, sin duda, uno de los grandes instrumentistas del jazz de las últimas décadas y discos como Upswing (Chesky, 1983), Labyrinth (RCA, 1996), Paradise (RCA, 2001) o el reciente Number Five (High Note, 2012) alcanzan para probarlo. En este último álbum toca con un grupo de ajuste e inspiración notables: Wayne Escoffery en saxo, Ugonna Okegwuo en contrabajo, Danny Grisett en piano y Jonathan Blake en batería.
Con el mismo equipo (salvo en la batería, donde estará el excelente Adam Cruz), Tom Harrell abrirá hoy la edición 2012 del Festival de Jazz de Buenos Aires. A las 20.30 y en la Usina del Arte (Pedro de Mendoza y Caffarena), Harrell dará el puntapié incial de este ciclo que se extenderá hasta el próximo 26 y que nucleará, además de a varias visitas de primer nivel, a lo más destacado del medio local. Programado por el músico Adrián Iaies, este festival ha logrado un perfil en el que se destacan los proyectos de largo alcance, el énfasis dado a lo pedagógico y el intercambio entre los músicos argentinos y extranjeros.
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