El diario de viaje a Oriente de Lucio V. Mansilla

Mónica López Ocón entrevistó, para Tiempo Argentino, a la escritora e investigadora María Rosa Lojo, responsable de la edición crítica de Diario de viaje a Oriente (1850-1851), de Lucio V. Mansilla. El volumen publicado por Corregidor se trata del diario de un viaje que el autor de Una excursión a los indios ranqueles realizó siendo casi un adolescente y que fue hallado recientemente.



–Además, en esa época todo quedaba más lejos, aunque las dimensiones del mundo fueran las mismas porque las posibilidades de comunicación eran muy restringidas.
–Sí, desde la óptica de hoy casi cuesta entenderlo. Él se queja muchas veces en el diario de nostalgia, de que extraña a su familia. Luego de estar en Calcuta sigue viaje hacia otro punto y dice textualmente: "Febrero 21 de 1851. Hoy a las 12 del día avistamos el vapor que traía la mala –la mala es el correo– de Suez para Calcuta. En un cuarto de hora estuvo a nuestro lado. Enviaron un bote con algunas cartas y periódicos y tuvimos un rato agradable pues la agitación era general. Sin duda alguna, de todos los pasajeros el más infeliz era yo. Quizás en ese vapor que sólo estaba a algunos pasos de mí habían cartas de mi familia de la que nada sé hace muy cerca de seis meses. Hubiera dado el objeto más caro y más necesario que en ese momento tuviera por haber podido abrir la valija." Y aquí también hay una cita muy interesante de febrero 19 en la que Lucio se refiere a una conversación que ha tenido con un inglés que está en el mismo barco que él: "Hoy he tenido con un inglés una conversación muy interesante respecto a mi país. Tienen de él la más pobre idea. Creen que somos salvajes y se sorprenden cuando me oyen hablar francés y que digo lo he aprendido en Buenos Aires." Esto ya le había pasado en Calcuta donde la clase alta estaba formada por ingleses y algunos otros europeos. Esa clase lo recibe pero con bastante frialdad. Es uno más entre la cantidad de comerciantes y de extranjeros que están por ahí. Lo invitan a un baile, por ejemplo, pero en ese baile el anfitrión no le presenta prácticamente a nadie, descubre que los ingleses no devuelven las visitas. También se refiere luego a la vida de las clases bajas cuyos integrantes son prácticamente esclavos: "La última clase es muy pobre. Los europeos la hacen trabajar como animales y con lo que muchos de ellos ganan diariamente en mi tierra, donde puede decirse prácticamente no hay indigencia, un pobre no podría comprar ni un pan. Un sirviente gana mensualmente tres duros." No sé si Lucio, siendo de clase alta, no idealiza demasiado la vida de los pobres en la Argentina, pero evidentemente la de los indios de Calcuta le choca. Lo más interesante es que él ya no es el centro del mundo ni mucho menos. Si bien tiene dinero, allí es un ser exótico.

–¿Pudiste tener los originales del diario en tus manos?
– Sí, tuve el manuscrito en mis manos y Marina Guidotti y María Laura Pérez Gras fueron quienes trabajaron especialmente en el descifrado del manuscrito. Hubo muchas sesiones de fotografía. Pero aun con las fotos en nuestro poder, hubo un gran esfuerzo de descifrado in situ porque a veces las fotos no eran lo suficientemente claras y había que volver. Había partes escritas en lápiz y otras en tinta muy aclarada por el paso del tiempo y el papel estaba en un estado dudoso de conservación.

–¿Habías tenido entre tus manos otros originales de Mansilla?
–Sólo cartas y tarjetas de visita. Una tarjeta me la regaló una historiadora que falleció, Pequeña Monner Sans, y la tengo en mi escritorio bajo un vidrio. Esta es la primera vez que tuve el privilegio de tener en mis manos un manuscrito entero.

–¿Qué sentiste?
–Es muy fuerte el contacto con la huella material de la persona viva, que es una prolongación del ser. Es lo más parecido a un encuentro personal que uno puede tener. Por eso hoy siguen siendo tan valiosas las firmas de los escritores para los que son lectores apasionados, porque aunque el escritor muera va a quedar siempre una huella insustituible, personalísima. Fue una experiencia importante especialmente para mí, porque me interesó tanto la figura de Mansilla como para dedicarle una novela. Es uno de los grandes personajes de la historia intelectual y literaria argentina. Sin este viaje difícilmente hubiera podido tener una mirada sobre los "Otros" de la Argentina, nuestros "exóticos" ranqueles. Por supuesto que digo "exóticos" irónicamente porque en realidad eran los originarios, pero la cultura criolla los veía como exóticos. Creo que Lucio no hubiera podido tener esa mirada de no haber sido él mismo un "Otro" en el otro lado del mundo.



[ Acá la entrevista completa.]

Comentarios

Entradas populares