CARTA ABIERTA DE NOÉ JITRIK
Como director del Instituto de literatura Hispanoamericana de
la Facultad de Filosofía y Letras no puedo ser indiferente a
la suerte que está corriendo el CONICET como resultado de la
política "científica" del actual gobierno a través de la
desafortunada gestión ministerial. El Instituto alberga una
apreciable cantidad de Investigadores y Becarios que tienen
plaza en el CONICET y realizan trabajos de primer nivel;
otros están gestionando su ingreso y todos corren peligro. No
necesito hacer un gran esfuerzo para comprender lo que esta
política implica: a la corta o a la larga la parálisis de un
aparato científico cuya productividad cambió la cultura
argentina y ayudó a otorgarle una orgullosa identidad. No se
puede saber si tal política es sólo arteramente mezquina,
puesto que los recursos que obtendría de esta amputación son
mínimos, o tiene como finalidad convertir a la cultura del
país y, en consecuencia, al país mismo, en un inepto
consumidor, en un mediocre e inservible servidor de una
estrategia de entrega. No me cuesta nada, por lo tanto,
apoyar el movimiento de científicos que tiene lugar frente a
y dentro de ese Ministerio que hasta no hace mucho fue un
motivo de orgullo para la inteligencia argentina.
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