"Vivir para respirar", por Violeta Gorodischer y Nicolás Viotti
Nicolás Viotti siente que nunca experimentó algo así y está fascinado. Violeta Gorodischer quiere vomitar y no va a repetir el curso. Un antropólogo y una cronista se metieron en la versión criolla de El arte de vivir, la tradición fundada por Sri Sri Ravi Shankar que en Argentina convoca a más de cien mil personas y ya tiene un gurú local: Juan Mora y Araujo. Un viaje al metamundo en el que respirar es el principio y el fin. En Revista Anfibia, crónicas y relatos de no ficción.
En un enorme salón blanco con vista a los árboles que rodean la manzana de San Isidro, ochenta y dos personas sentadas en el suelo con las piernas cruzadas como indios y los ojos cerrados terminan su primer Sudarshan Krya. Frente a ellos, en una especie de cuadrado blanco que hace las veces de altar, Juan Mora y Araujo guía la práctica. También él está sentado, descalzo, con las piernas cruzadas. Tiene un pantalón de lino y una remera beige. Detrás suyo, una gran foto enmarcada de Ravi Shankar, el gurú espiritual y fundador de El arte de vivir. Es un indio de piel cetrina, pelo largo, barba tupida y una sonrisa infantil; la cabeza apenas inclinada hacia el costado, como mirando algo más allá de la cámara. En un florero han acomodado un ramo de margaritas y en un rincón arden velas de colores. Juan les dice a los practicantes cuándo inspirar y cuándo exhalar. Indica cómo alternar el ritmo, los ayuda con el conteo, les da fuerza, vamos, no paren, sigan así pase lo que pase.
-Seguí respirando como un guerrero- arenga con voz calma.
[Continúa aquí]
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