Re: compromiso de práctica feminista en el arte (intercambio de e-mails entre Cecilia Palmeiro y Jimena Néspolo)

Querida Cecilia,
Gracias por la comunicación y el envío. Tu mensaje y el documento adjuntado ("Compromiso de práctica artística feminista") me ha hecho pensar varias cosas, en primer lugar si estoy en condiciones de poder firmarlo. Si bien comparto el espíritu que guía la apuesta (supongo que por eso me lo has enviado), me han asaltado varias inquietudes que quiero formularte. 
Primeramente quiero confesar que la idea de un "código de ética" o de "compromiso" para pensar la práctica artística me aterra. Creo que el arte es, ante todo, un espacio de libertad. No podría escribir si no lo vivenciara de esa manera, sentiría a mis dedos apresados en un guante de amianto, sin poder teclear, correr o pensar el mundo a través de la escritura. Se me hace que sin esa libertad, el arte -sea "feminista", "paquistaní", "beato" o "agnóstico" (las etiquetas vienen luego)- vale muy poco: puede saciar las necesidades de novedad de editores o marchand, siempre bien dispuestos al show, pero se apaga con la misma rapidez que un fósforo en las noches de tormenta. Y a mí -me disculparás- me gustan las luciérnagas, esas apuestas que saben a frenesí, a riesgo, a una audacia que es capaz de pagar el precio de su propia libertad. 
Quizá me acuses de voluntarista o de panglosiana, al creer en la "práctica" más que en la prédica, pero es que en verdad me pregunto si, desde esta perspectiva, firmar un "acta de compromiso" no implicaría avalar un suicidio masivo en el arte. Por otro lado, ¿es a través de una "normativa de prácticas a seguir" que será posible desarmar o desarticular los "mecanismos de reproducción de desigualdades"? Si estamos más bien discutiendo la existencia de una normatividad y fijeza en la reproducción del sistema sexo-género, ¿es a partir de otra "normatividad" que habremos de desarmarla?
Sabemos que en las sociedades modernas, el arbitrio de la Ley es potestad del Estado, que tiene el monopolio de la violencia. ¿No es justamente al Estado al que debemos pedirle un código de ética y de moral, y no a los artistas? ¿No es a las distintas esferas de la gestión cultural, pública y privada, y su nunca inocente repartición de prebendas, a quien debemos interpelar? 
Hace pocos días, nada más, firmé la adhesión a una carta escrita por un grupo de madres que se dirigían a la gobernadora de la provincia de Buenos Aires para pedirle por la salud de sus hijos. La carta, organizada bajo la moral maternalista, desplegaba todas las estrategias simbólicas que a este grupo de madres se le ocurrió instintivamente desplegar ante la urgencia por encontrar alguna respuesta: la carta era cursi, era sentimental, lacrimógena, exhibía la desesperación de quien debe humillarse para sobrevivir... La firmé. Porque doblarse no es romperse. ¿Qué debería haber hecho desde la deontología propuesta por el código de "Compromiso de práctica artística"? ¿Largarle una monserga mojigata a quienes, frente a las múltiples violencias vividas en todos los espacios, se sostienen precisamente a partir de "pactos de sororidad" sin que nadie se lo explique o se lo normativice? No tengo el pecho frío para subirme a ningún podio para indicarle a alguien cómo vivir, cómo crear, cómo amar, cómo cuidar al otro y cuidarse. Apenas puedo compartir algunas prácticas que hacen a la aventura de existir, y en eso estoy.
Puesto que en tu e-mail apelás a la difusión del documento, voy a publicar en la Agenda de Boca de Sapo este intercambio y el texto de marras (copio abajo).  
Espero que podamos continuar el diálogo, en este espacio o cualquier otro. 
Tuya,
Jimena 



Compromiso de práctica artística feminista – Asamblea Permanente de Trabajadoras del Arte

Nosotras proponemos

Ante la generalizada señal de alerta que circuló visibilizando las formas de acoso sexual que condicionan las relaciones de poder en el mundo del arte, nosotras, artistas, curadoras, investigadoras, escritoras, trabajadoras del arte, elaboramos un compromiso de prácticas feministas. Este documento, al que invitamos a adherir, busca crear conciencia sobre las formas patriarcales que, como una membrana invisible, moldean el ejercicio del poder en el mundo del arte. El manifiesto "No nos sorprende" realizó un "llamado a las instituciones, mesas directivas y demás colegas, para que piensen bien cómo juegan, o pueden haber jugado, un papel en la perpetuación de diferentes niveles de inequidad sexual y abuso, y cómo van a manejar estos problemas en el futuro". En este compromiso de prácticas feministas proponemos expandir la conciencia acerca de los comportamientos patriarcales y machistas que dominan el mundo del arte y que regulan nuestras formas de posicionarnos. Este compromiso se identifica, en primer lugar, con la histórica exclusión y desvalorización de las artistas mujeres, pero sus propuestas pueden ser asumidas por mujeres, varones o cualquier identidad no normativa. Se propone como una guía de prácticas personales e institucionales que invitamos a seguir.

En relación con la estructura del mundo del arte

1. Promovamos, exijamos y respetemos la representación igualitaria en el mundo del arte (50%), tanto en las colecciones de los museos y otras instituciones culturales, como en las colecciones privadas, en las exposiciones colectivas, en los premios (paridad en la selección, la premiación y los jurados), en las ferias de arte, en las representaciones internacionales, en las reproducciones de obras en libros y catálogos colectivos, en las tapas de las revistas, en los staffs de artistas en las galerías de arte. Estas son formas de representación que deberían regir todas las artes (también los repertorios en los conciertos y en las artes escénicas, así como en la literatura). Hagamos visibles y desarticulemos las formas desiguales en las que se distribuyen los recursos de financiación y los ingresos (entre géneros, entre los "centros" y "periferias", entre sectores sociales).

2. Trabajemos por la equidad representativa en los cargos directivos de las instituciones artísticas, educativas y culturales que manejan, deciden y generan políticas en el sector de las artes visuales. En la Argentina son pocas las directoras de museos mujeres; los cargos principales y de dirección de instituciones están mayormente ocupados por varones. Las mujeres generalmente se ubican en los rangos medios, en labores consideradas "femeninas" vinculadas al ámbito patrimonial (restauración, catalogación, conservación) o bien, liderando iniciativas relacionadas con la educación o la dirección de museos de artes decorativas, del traje, entre otros, o museos considerados "menores" en relación con los grandes centros de promoción de las artes. En los paneles o mesas redondas quienes tienen la palabra son predominantemente varones, en el mundo del arte el "estrellato" es masculino. En el ámbito de las organizaciones (incluso de autogestión, de supuesta horizontalidad: asambleas, proyectos artísticos, tareas comerciales), visualicemos y evitemos que nos coloquen en el tradicional puesto de "secretarias", "administradoras", "encargadas de prensa" en tanto los varones se ubican en las tareas creativas y de liderazgo. Busquemos trabajar con quienes sienten que todxs pueden hacer y aprender.

3. Seamos conscientes de que las conductas patriarcales no son necesariamente administradas por varones heterosexuales: las mujeres podemos ser extremadamente patriarcales cuando ejercemos el autoritarismo y el maltrato. Lo mismo puede decirse del machismo de la cultura gay artística: fortalezcamos nuestra alianza con las locas y queers en general y pongamos a disposición las herramientas éticas y conceptuales para desarticular la misoginia gay. Hagamos visible cuando nuestros colegas varones guían sus prácticas desde conductas y perspectivas feministas.

4. Analicemos la posición de las mujeres y otros cuerpos feminizados en relación con cuestiones de raza, clase social, edad, geografía, orientación sexual, identidad de género y otros vectores diferenciales, y participemos activamente para subvertir las estadísticas discriminatorias y excluyentes que dominan en el mundo del arte (blanco, de clase media o alta, joven, con contactos en el universo establecido del arte). Promovamos la investigación y demos visibilidad a formas de creación de artistas mujeres de otros grupos sociales y otras culturas. Analicemos y destaquemos la exclusión de las artistas de generaciones intermedias y el fenómeno reciente y creciente del reconocimiento tardío, en el final de la carrera, que en una clara discriminación etaria, la prensa ha denominado como "el tiempo de las abuelas".

En relación con las conductas en el mundo del arte

5. Evitemos caer en la trampa de la acusación personal del "mal carácter": las instituciones y las figuras de poder siempre quieren convencernos de que pedir lo justo, poner límites, pelear por la dignidad de tu trabajo, te vuelve una desubicada, o directamente una "loca", "histérica" o "problemática".

6. Cada vez que estemos por criticar, en voz alta o no, a otra mujer, detengámonos a analizar si no estamos ejerciendo un odio aprendido. La misoginia está en el inconsciente colectivo y tenemos que desarmarlo dentro de nosotrxs mismxs. Ante la duda, comparemos: ¿qué pasaría si esto lo estuviera haciendo un hombre?


7. Evitemos desgastarnos en la promoción de las carrera de nuestros compañeros varones antes que en las de las compañeras mujeres. Cultivemos relaciones de trabajo respetuosas e igualitarias con los varones de nuestro medio sin dar lugar a los micromachismos.

8. Siempre que podamos ayudar a que otra mujer se tenga más confianza, hagámoslo. Si una mujer nos ayuda a fortalecer nuestra confianza, tomémoslo y agradézcamoslo.

9. Evitemos que nos desautoricen desde conductas de superioridad paternalistas e invitemos a la revisión del lenguaje que utilizan nuestros colegas varones para neutralizar nuestros argumentos como equivocados e imponiendo los suyos como verdaderos. Evitemos que nuestros colegas varones nos expliquen o corrijan (mansplaining) asumiendo que nuestros conocimientos o saberes sobre cualquier materia son escasos.

10. No nos intimidemos por el volumen, la gravedad de la voz o la altura de nuestros interlocutores varones. Estas condiciones no equivalen a la razón.

11. No sintamos ni dejemos que nos hagan sentir pudor por los temas que nos interesan y nos involucran, la vergüenza es una de las estrategias patriarcales que acallan nuestra posibilidad de investigarlos.

12. Expresemos frontalmente, en cada oportunidad que se nos presente y a quienes las empleen, el uso de estas estrategias de poder y nuestro desacuerdo.

13. Escuchemos y compartamos experiencias, porque lo personal siempre es político. Fomentemos la amistad entre mujeres. Contra al corporativismo machista, la solidaridad entre mujeres (sororidad).

En relación con la carrera artística y la creatividad

14. Busquemos crear tanto como podamos. Que no nos asuste la ambición. Crear más es una forma de atentar contra la desigualdad de género.

15. Permanezcamos atentas al saqueo de nuestras propias ideas y prácticas artísticas cuando pasan desapercibidas en nuestras manos y cobran notoriedad en las de artistas a los que las instituciones clasifican como varones. Hagamos público cuando esto sucede con la obra de nuestras colegas. Observemos y señalemos que las cualidades atribuidas al arte 'femenino' adquieren valor cuando las utilizan artistas varones pero son consideradas arte menor, kitsch, aficionado, infantil o ridículo cuando se aplican a la obra de artistas mujeres.

16. Cuestionemos con claridad el concepto establecido de "carrera artística", pautado por la dedicación excluyente a la realización de la obra con fines comerciales. Como mujeres sabemos que la continuidad de nuestra obra está condicionada por la maternidad y las tareas de cuidado de los entornos familiares y afectivos que se nos imponen. Hagamos del suspenso y el retorno al hacer artístico un valor específico y relevante en nuestras prácticas. Luchemos por la socialización de las tareas domésticas y de cuidado (que incluyen la escucha, la confidencia y la contención emocional) para y cuestionemos la naturalidad con la que se nos asignan y con que las asumimos.  

17. Deroguemos el concepto de genio, de maestro y el canon del "arte bueno" regulado desde parámetros patriarcales.

18. Eliminemos la noción de "ojo experto" capaz de entender, casi por gracia divina, qué es la calidad artística.

Sobre el feminismo artístico y la historia del arte feminista

19. No evitemos identificarnos como "artistas feministas" o "historiadoras del arte feministas" cuando en nuestras prácticas confluyen arte, política y activismo feminista. Sintamos el orgullo de denominar o que denominen a nuestras obras como feministas cuando en ellas cuestionamos el sistema hetero-patriarcal dominante.

20. Revisemos y cuestionemos las imágenes estereotipadas de "la mujer" construidas por los discursos patriarcales. Construyamos nuestras propias categorías.

21. Investiguemos la obra de las artistas y de las investigadoras y teóricas mujeres, conectémonos con sus legados, revisemos el poder que en nosotrxs ejercen las genealogías patriarcales y valoricemos los saberes de las mujeres.

22. Revisemos nuestros propios sistemas de citas y de principios de autoridad para analizar críticamente la internalización del pensamiento patriarcal en nuestras prácticas.

23. Analicemos el lenguaje patriarcal que domina en la construcción de la historia del arte (con términos tales como genio, manifiesto, maestro) para elaborar otra mirada, otros relatos, otras historias (no una Historia oficial) del arte.

24. En el ámbito educativo, exijamos la inclusión de bibliografía de autoras mujeres (tanto de historia como de teoría), generalmente ausentes de los programas académicos.

25. En las conversaciones con curadorxs, coleccionistas, galeristas u otros agentes del campo del arte, mencionemos a nuestras colegas, hablemos de sus obras. Asistamos a conferencias, leamos entrevistas, investiguemos con interés su trabajo: es una forma eficaz de someter a crítica las genealogías patriarcales dominantes.

26. Nunca nombremos a las artistas mujeres como las mujeres de artistas varones, vinculándolas a genealogías masculinas. En las parejas de artistas, evitemos nombrarla a ella con el nombre y a él con el apellido. La historia del arte se ha construido sobre la marginalización de las mujeres en las parejas de artistas o en las relaciones entre maestros y alumnas. Investiguemos y destaquemos su identidad, trayectoria y el lugar que ocupan en el mapa de la creatividad artística.

27. Demos visibilidad a los sistemas de poder que menosprecian la obra de artistas mujeres y descartan su legitimidad cuando asocian a favores sexuales el reconocimiento de su trabajo.
28. Acudamos a los encuentros nacionales de mujeres de cada año, propongamos sesiones sobre arte y feminismo, llevemos la voz y comparemos lo que sucede en relación con otros ámbitos de la creación y el conocimiento.

29. Analicemos y aprendamos del carácter históricamente colectivo, participativo, colaborativo y solidario del feminismo y de su relación con otras expresiones culturales sojuzgadas, descalificadas u oprimidas.

30. Participemos para que la actual iniciativa de reivindicación de artistas mujeres no reconocidas en su tiempo trascienda el hecho de ser una moda coyuntural y momentánea.

31. Propiciemos la gestión de espacios de creación, conocimiento y circulación del arte colaborativos, participativos y comunitarios, que excedan el ámbito tradicionalmente elitista del arte.

32. Promovamos modos de percepción basados en un pensamiento inclusivo, en los afectos y la equidad, contrapuestos a la ética de la exclusión y el individualismo, valores patriarcales que dominan en la sociedad y en el mundo del arte.

33. Denunciemos publicamente que la exclusión de la obra de las artistas mujeres produce una censura sistémica de nuestras sensibilidades, nuestras poéticas y formas de conocimiento, que permanecen silenciadas para lxs receptorxs, quienes a su vez se ven limitadxs a percibir y conocer formas masculinas de ver y estar en el mundo.

Sobre el carácter inclusivo de esta propuesta

34. Propiciemos que la comunidad artística masculina y la comunidad artística en general puedan abrirse a formas de sensibilidad diferentes y no por ello menores.

35. Comprendamos y hagamos comprender a nuestros colegas varones que no es necesario haber sido clasificadx como mujer para suscribir este compromiso feminista en el mundo del arte. Los principios de equidad y de respeto pueden ser aplicados, predicados y respetados por todxs.

36. Consideremos que el compromiso feminista parte de la experiencia y la conciencia generales acerca de la discriminación y de la opresión (de las mujeres y de otrxs sujetos sociales desjerarquizadxs por razones de clase, de raza, identidad de género u orientación sexual): el feminismo es un momento dialéctico emancipador para todxs.

37. No seamos cómplices de ninguna forma de violencia machista, desde la más visible hasta la más sutil y poco perceptible. Busquemos soluciones no punitivas pero efectivas: nosotras podemos protegernos y proteger nuestros espacios. Estemos para nosotras.

Hoy, 25 de noviembre de 2017, en el Día Internacional de Lucha para la Erradicación de las Violencias contra las Mujeres, suscribimos este documento y convocamos a la comunidad artística global a organizar el Paro Internacional de Mujeres el 8 de marzo de 2018 en el mundo del arte y sus instituciones.

Esta propuesta se activó ante la partida inesperada y prematura de la artista argentina Graciela Sacco, quien persistentemente confrontó muchos de los comportamientos que aquí se describen.  

El 7 de noviembre de 2017 establecimos la Asamblea Permanente de Trabajadoras del Arte desde la que promovemos el compromiso de prácticas feministas.


Para adherir a este compromiso, por favor envíen sus firmas hasta el 24 de noviembre a: nosotrasproponemos@gmail.com




El 13 de noviembre de 2017, 12:18, Cecilia Palmeiro escribió:
Queridas:
Con un grupo de compañeras trabajadoras del arte hicimos este Compromiso de práctica feminista en el mundo del arte. Es una especie de propuesta de ética feminista para desarmar los mecanismos de reproducción de la desigualdad que empezamos a pensar dentro del mundo del arte. La idea es crear una especie de pacto de sororidad y de red afectiva-política internacional entre trabajadoras del arte (mujeres moleculares y varones antipatriarcales bienvenidxs) como para encarar acciones comunes como el paro internacional de mujeres 8M. Vamos a juntar firmas para luego traducirlo y subirlo a change.org para masificarlo.
Si están de acuerdo, pueden enviar sus firmas a nosotrasproponemos@gmail.com hasta el 23 de noviembre.
Hay una versión corta para prensa si alguna puede ayudar a difundirlo en medios.
Besos feministas



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Revista Boca de Sapo

Casilla de Correo n°60
Pedro Lagrave 451, CP (1629)
Pilar, provincia de Buenos Aires
Argentina

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