Re: compromiso de práctica feminista en el arte [2]

---------- Mensaje enviado ----------
De: Cecilia Palmeiro
Fecha: 18/11/2017 12:26
Asunto: Re: compromiso de práctica feminista en el arte
Para: Jimena Néspolo


Estimada Jimena,
Nuestro "Compromiso de prácticas artísticas" no es de ninguna manera una normativa para artistas respecto de la creación de obras, en términos de forma, de contenido, o de técnica, sino que el texto se dirige a trabajadoras del arte en sentido amplio y piensa sobre todo las condiciones desiguales de producción, de circulación de obras, recursos y premios en dicho ámbito. Es decir, alerta sobre las formas naturalizadas que toma el machismo dentro de la industria del arte. No es nuestro proposito elaborar una receta sobre qué tipo de arte hay que hacer, no  pensamos que haya que hacer un "arte feminista" y tampoco nos oponemos a que exista. Nuestro propósito es hacer visible y erradicar la violencia machista, que es económica, sexual y simbólica, y que se manifiesta en nuestros espacios de trabajo, a veces incluso través de nuestras propias prácticas profesionales. Abordamos la especificidad de la violencia machista en el mundo del arte, pero este tipo de preguntas que desnaturalizan las formas de extractivismo patriarcal y colonial pueden aplicarse a todos los campos de la producción cultural.
Por supuesto que las injusticias y precariedades que nos afectan son múltiples y especialmente las que afectan a las mujeres en situaciones más vulnerables. Contra estas situaciones también luchamos para darles visibilidad, para desarmar sus mecanismos de poder, para resistir y articularnos todas: las violencias contra las mujeres están entramadas. Sin embargo, eso no elimina la necesidad de visibilizar la fuerza del poder patriarcal en otros ámbitos. Una situación no deslegitima ni debe borrar a la otra. Se trata, en verdad, de conformar un gran frente solidario que haga visibles las formas en las que el poder patriarcal se manifiesta de maneras específicas. Esto es también importante en el campo del arte, donde existe un pacto de silencio que impide referirse a la discriminación hacia las artistas mujeres. Cuando hablamos de mujeres artistas no suscribimos la normatividad del sistema sexo-género. Simplemente estamos dando visibilidad a una situación que existe y que en el futuro que todxs soñamos debe desaparecer: el Estado y las instituciones nos clasifican en mujeres y varones, y esa clasificación opera sistemáticamente invisibilizando a quienes han sido clasificadas como mujeres, sean cuales sean sus opciones sexuales. Tenemos que desarmar la normatividad y al mismo tiempo denunciar cómo ésta opera en el mundo actual, eliminando producciones artísticas a partir de tal clasificación administrativa. Un objetivo no elimina el otro.
La existencia de un sistema que otorga o no visibilidad a la obra de quienes han sido clasificadas como mujeres cercena la libertad. Se enuncia que "si una obra es buena será reconocida", pero cuando se observan quiénes son visibles, tendríamos que concluir que pocas artistas mujeres son buenas artistas (no constituyen más del 20% del mundo del arte). El documento propone revisar las conductas instituidas en este mundo en particular que conducen a que la obra de gran parte de las artistas sea invisible durante su vida productiva y eventualmente reconocida en el final de su carrera o cuando ya no están. Es una situación que se reproduce con datos verificables, pero que el sistema del arte oculta y naturaliza. Es un tema del que no se puede hablar y que en este documento hemos decidido abordar.
Compartimos, ampliamente, la idea de que el arte es un espacio de libertad. El código no cercena la libertad de creación, ni propone la gestación de poéticas específicas. No es normativo respecto de la obra. Simplemente señala conductas naturalizadas en el mundo del arte que, justamente, ocultan, borran o invisibilizan propuestas estéticas deslegitimadas desde prácticas patriarcales.
El borramiento sistemático de la obra de las artistas que han sido clasificadas por las instituciones como mujeres no afecta solo a las mujeres, nos afecta a todos, en tanto no podemos conocer, pensar, gozar de obras que por una violencia y discriminación sistémica quedan fuera del mundo del arte. No se trata de una, es alarmante la forma en la que se distribuyen premios, se deciden envíos al exterior, se constituyen jurados, etc.; los porcentajes son completamente desiguales. Este documento busca hacer visibles las prácticas que operan en este campo específico para crear una conciencia respecto de cómo hemos naturalizado formas de actuar basadas en la interiorización de conductas patriarcales. El documento señala, retomando tus palabras, que en las condiciones actuales, las luciérnagas, el riesgo y el frenesí son predominantemente apagados tras su primer destello por un sistema que silenciosamente, sin palabras, desplaza gran parte de estas creaciones.
El arte no es un ente abstracto. Podemos experimentar en forma individual la intensidad de la creación, pero cuando ésta no puede entrar en contacto con sus públicos, aún si lo busca, como un legítimo interés inherente al arte, se revela la fuerza de un sistema que le permite o no ser visible. El compromiso señala los mecanismos de invisibilización específicos. Creemos que pronunciar lo impronunciable, crear comunidad alrededor de experiencias compartidas, es una forma de transformarnos.

Tenemos que exigir al Estado. Por supuesto. Pero también tenemos que intervenir sobre un sistema que se autorregula --en tanto el arte es un espacio secularizado respecto del Estado y de la Iglesia-- a través de prácticas establecidas: en el documento las enumeramos para despertar la conciencia acerca de su existencia y su funcionamiento.

No existe reclamo que pueda compararse al dolor de un grupo de madres pidiendo por la salud de sus hijos. Entonces, todas otras formas de sojuzgamiento, aunque carentes de tal dolor o urgencia, ¿deben ser acalladas? Entendemos que las violencias contra las mujeres se manifiestan de múltiples formas y que en cada ámbito adquieren mecanismos específicos. No se trata de indicar cómo vivir, crear, amar, cuidar al otro o cuidarse desde una voz individual. El documento se ha elaborado en forma colectiva, da cuenta de experiencias concretas, de prácticas que existen y sobre las que quiere romper la soledad en la que han sido aceptadas y naturalizadas a fin de compartir una conciencia que ayude a destronarlas. No cercena la libertad: aspira a compartir experiencias que permitan ámbitos de mayor libertad, no condicionados por las prácticas y discursos patriarcales que la cercenan.

Suscribimos y apoyamos, individual y colectivamente, todas las luchas contra la desigualdad.

Asamblea Permanente de Trabajadoras del Arte 


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